martes, 16 de diciembre de 2014

Menatrevi Georgia

- Gamarjoba
- Gamarjoba! Me ar vici kartuli, gtxov
- Me minda... eem... esto... this? Kai, madloba.

Dos meses aprendiendo georgiano y aún lo confundía con el inglés o con el castellano, dependiendo del día. Aún así, mis últimos días en ese pequeño país me sirvieron para comprobar que había ganado en confianza y fluidez. Además, resultaba agradable intentarlo, no sólo para mí sino para el que me atendía, que esbozaba una sonrisa cada vez que esta tímida extranjera intentaba (con cierta torpeza) hablarle en su idioma.

Georgia es un país pequeño que se localiza en la costa del mar negro. Hasta hace poco formaba parte de la conocida Unión Soviética, ahora como país independiente comparte frontera con Turquía, Armenia, Azerbaiyán y Rusia. Su idioma oficial es el georgiano (kartuli), pertenece al grupo de lenguas caucásicas y se escribe con su propio alfabeto (tan elegante como difícil de descifrar).

En el primer mes de mis estancia, estuve viviendo en su capital, Tbilisi. El centro de esta ciudad es muy bonito y está mejorando con el tiempo. Además, es una ciudad acogedora y la gente es amable. Durante mi primera etapa, estuve yendo a colegios y centros de jóvenes de la capital realizando talleres sobre derechos humanos con diez personas más dentro de un proyecto del servicio de voluntariado europeo. Una actividad que me dio la oportunidad de conocer más sobre el país, no sólo la parte turística de éste.

En el segundo mes de nuestra actividad, tuvimos la suerte de poder recorrer otras parte del país. Fuimos recorriendo diferentes escuelas de distintos pueblos haciendo talleres sobre derechos humanos.

Al final del trayecto puedo decir que me siento muy agradecida. Esta experiencia es única e irrepetible. Las experiencias vividas y los amigos que he hecho perdurarán en mi memoria para siempre.

Y lo recuerdo aquí, para que nunca se me olvide lo afortunada que soy.

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